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Jun 03, 2023

Bebé baleada en la cabeza por una bala perdida en el Bronx en enero de 2022 estará en recuperación el resto de su vida

BRONX, Nueva York – Cinco días a la semana, a las 8:30 am, Catherine Arias, de 2 años, llega a un hospital infantil en Valhalla, Nueva York, 10 millas al norte de la ciudad de Nueva York. Su madre dice que a menudo

BRONX, Nueva York – Cinco días a la semana, a las 8:30 am, Catherine Arias, de 2 años, llega a un hospital infantil en Valhalla, Nueva York, 10 millas al norte de la ciudad de Nueva York.

Su madre dice que muchas veces está cansada y apenas comienza a despertarse, pero tiene un día completo de terapias por hacer: dependiendo del día, físicas y ocupacionales para mejorar su fuerza y ​​habilidades motoras, logopedia para mejorar sus habilidades del lenguaje e incluso Terapia de alimentación para asegurarse de que esté comiendo bien, todo lo cual dura hasta las 11:30 a.m.

Esta ha sido la vida de Catherine durante el último año, desde que recibió un disparo accidental durante un tiroteo desde un vehículo en el Bronx en enero de 2022 mientras estaba sentada en un automóvil estacionado con su madre.

Sus padres, Miraida Gómez y Gregory Arias, hablaron con ABC News exclusivamente sobre la recuperación de Catherine más de un año después del tiroteo.

Dicen que su historia es un recordatorio de los efectos de largo alcance de la violencia armada, particularmente en las víctimas jóvenes, y de cómo el trauma, tanto para el paciente como para las familias, no termina después del alta inicial del hospital.

"Definitivamente es una batalla de por vida después del incidente", dijo Gómez a ABC News. "No veo a mi hija como discapacitada, no la veo con ninguna discapacidad. Pero la realidad es que estos son sus diagnósticos médicos... Después del incidente, afectó nuestra salud mental".

Disparo mientras estaba sentado en un auto estacionado

El 19 de enero de 2022, dos días antes del primer cumpleaños de Catherine, Gómez y Arias dicen que dejaron a sus dos hijos mayores, Delilah, de 7 años, y Haylee, de 12, en la casa de sus abuelos para una fiesta de pijamas y se fueron a casa con Catalina.

Dicen que se detuvieron en Leroy Pharmacy en Valentine Avenue y 198th Street en el Bronx para recoger los medicamentos para la tiroides de Gómez. Arias entró mientras Gómez y Catherine esperaban en el asiento trasero del auto estacionado afuera.

Mientras Arias estaba adentro, se escucharon disparos. Gómez, sosteniendo a Catherine, se dejó caer detrás del asiento del conductor. Cuando se sentó, Gómez dijo que se dio cuenta de que su pequeña estaba medio jadeando, medio llorando y su abrigo rosa bebé estaba rojo de sangre.

Una bala perdida había alcanzado el coche, había entrado por la mejilla izquierda de Catherine y había salido por la parte superior de su cabeza.

Gómez dijo que salió del auto, inmediatamente comenzó a realizarle RCP a Catherine y cuando su esposo salió de la farmacia, ella le dijo que llamara al 911.

"Ella simplemente me dice: 'Llama al 911, le dispararon a Catherine' y el resto del tiempo es muy lento y ni siquiera podía concentrarme en tres números simples: 9-1-1", dijo Arias a ABC News. "Y ese fue el comienzo, no diría de una pesadilla, sino de la experiencia surrealista de saber que un niño de 11 meses, su hijo, recibió un disparo".

Llegó una ambulancia y llevó a Catherine al Centro Médico Weill Cornell en Manhattan, donde permaneció dos semanas.

Cuatro meses en el hospital

Durante ese tiempo, Gómez dijo que Catherine se sometió a una cirugía para extirpar partes de sus lóbulos frontal, parietal y temporal en el lado izquierdo del cerebro. La bala destrozó el lado izquierdo de su cráneo, por lo que tuvo que recibir un implante de titanio.

Catherine también sufrió un derrame cerebral al principio de su recuperación, lo que provocó un debilitamiento de los músculos del lado derecho de su cuerpo.

"Inicialmente nos dijeron que tal vez no pudiera volver a caminar y que su habla tal vez no fuera la misma", dijo Gómez. "Así que eso es más o menos lo que estábamos viendo cuando nos dieron el diagnóstico inicial después de la lesión".

Después de dos semanas, Catherine fue trasladada al Blythedale Children's Hospital en Valhalla, donde la Dra. Kathy Silverman, jefa de unidad de las unidades de lesiones cerebrales traumáticas, pediátricas y de adolescentes, fue su médica a cargo durante toda su estadía.

"Catherine era una niña normal, estaba sana y se estaba desarrollando normalmente", dijo Silverman, pero la herida de bala tuvo consecuencias importantes. "A partir de entonces, tuvo debilidad en el lado derecho de su cuerpo, tuvo dificultades para tragar, tuvo déficits visuales. Tuvo dificultades con los intestinos y la vejiga, tuvo dificultades para moverse, todas las cosas que un niño es capaz de hacer". hacer."

Catherine comenzó a mejorar lentamente y finalmente fue dada de alta de la terapia hospitalaria en mayo de 2022, pero continúa recibiendo una variedad de terapias según el día (alimentación, ocupacional, física y del habla) todos los días y cada sesión dura aproximadamente media hora. dicen sus padres.

Un GoFundMe creado por un familiar ayudó a garantizar que estuvieran alimentados y pudieran pagar sus facturas. Además, debido a la discapacidad de Catherine, sus padres dicen que pudieron obtener Medicaid, que ayuda a cubrir el costo de sus terapias. Todavía están esperando para ver si se les aprobará la incapacidad del Seguro Social que, para los niños, se aprueba de acuerdo con los ingresos de los padres.

El trabajo de Arias consiste en conducir camiones, por lo que Gómez suele ser el padre que lleva a Catherine a sus sesiones de terapia. Dijo que su trabajo de consultoría le ha permitido trabajar de forma remota.

Recuperación más de un año después

Inicialmente, Catherine tenía una sonda de alimentación cuando estaba en el hospital y, después de que se la quitaron, un estudio de deglución mostró que los líquidos más diluidos estaban bajando por el camino equivocado a sus pulmones.

Debido a esto, tiene que beber líquidos más espesos, dijo a ABC News Gina Longarzo, patóloga del habla y lenguaje del Blythedale Children's Hospital. Ésa es una de las razones por las que Catherine está en terapia de alimentación.

Desde entonces, Catherine ha podido beber líquidos más fluidos, pero aún no con la consistencia del agua, dice Longarzo. También está trabajando para probar nuevos tipos de comida.

"Estamos trabajando en la aversión porque cuando un niño pasa por un trauma como el que pasó (Catherine), puede volverse aversivo a la comida, porque es algo que puede controlar", dijo Longarzo. "Por lo tanto, no controlan gran parte de lo que les sucedió, pero pueden controlar lo que comen".

Aunque los médicos no pueden saber con certeza durante cuánto tiempo Catherine se beneficiaría de continuar con las terapias, Silverman dijo que probablemente las necesitará durante años.

"Es una recuperación para toda la vida", dijo. "Esto cambió el curso de su vida cuando eso le sucedió. También cambió la vida de su familia".

Las investigaciones han demostrado que ha habido un aumento en la violencia armada, particularmente entre los niños, desde la pandemia de COVID-19.

Un estudio, dirigido por el Dr. Jonathan Jay, profesor asistente de ciencias de la salud comunitaria en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston, analizó tiroteos fatales y no fatales en cuatro ciudades: Nueva York, Chicago, Los Ángeles y Filadelfia.

"Vimos que los tiroteos que afectaron a los niños casi se duplicaron en esas ciudades, y que los impactos fueron experimentados de manera desproporcionada por los niños de color", dijo a ABC News Jay, que estudia la violencia armada y sus impactos. "Entonces, las disparidades raciales, las brechas entre los niños de color y los niños blancos, que ya eran grandes, se hicieron aún mayores".

Añadió: "De hecho, el único grupo para el cual la tasa de disparos pandémicos no aumentó fue el de los niños blancos no hispanos, por lo que algo estaba sucediendo en aquellas ciudades donde los niños blancos pudieron mantenerse seguros mientras que todos los demás niños no. "

Si bien las lesiones mortales por arma de fuego pueden ser devastadoras para una familia, las lesiones no mortales por arma de fuego también pueden tener impactos devastadores. Jay dijo que entre dos y cuatro veces más lesiones por armas de fuego no son fatales en comparación con aquellas que sí lo son.

"Incluso si se sobrevive a una lesión por arma de fuego, existen importantes efectos duraderos en la salud física", afirmó. "Muchas lesiones por armas de fuego causan discapacidad física a largo plazo y también efectos realmente importantes en la salud mental, por lo que esperamos ver ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático".

'Esto ha afectado nuestra salud mental'

Gómez dijo que esto ha afectado su propia salud mental y la de sus otras dos hijas.

"Cada vez que hay un cierre en la escuela, es suficiente para que nuestro hijo de 12 años entre en pánico", dijo Gómez. "Nuestra hija de siete años empezó a declinar en sus estudios, porque lo único que podía hablar era de 'gente mala disparando'. Hemos pasado por muchas cosas como familia".

Gómez dijo que sufre de ansiedad, trastorno de estrés postraumático y pensamientos intrusivos y, si bien la terapia la ha ayudado, todavía es una batalla en curso.

"En este momento, si estoy en un semáforo en rojo, mientras estoy conduciendo, a veces me vienen a la cabeza pensamientos de que me dispararán, y eso es porque estaba sentado junto a mi hija cuando le dispararon", dijo Gómez. "Cada vez que escucho que las escuelas están cerradas, lo único que puedo pensar es: '¿Cómo puedo sacar a mis bebés de la escuela de manera segura?'"

Arias agregó que durante un tiempo ni siquiera pudo mirar por la ventana sin visualizar a Catherine justo después de que le dispararan. A veces todavía le preocupa sacar a sus hijos a pasear.

"Esa es la parte que nos debilita", afirmó. "Es simplemente que no podemos disfrutar del tiempo al aire libre, ni siquiera podemos disfrutar yendo al parque. ¿Qué pasa si la gente simplemente decide hacer un alboroto y meterse en líos entre ellos por tonterías y nosotros simplemente estamos ahí y es ¿No hay salida?"

Cuando nació Catherine, Arias dijo que la familia se mudó a la parte este del Bronx porque creían que sería más tranquila y residencial que la parte occidental. El tiroteo ocurrió en su antiguo barrio.

Ahora la familia está considerando abandonar el Bronx por completo y mudarse a los suburbios o incluso fuera del estado por completo.

Arias agregó que durante un tiempo ni siquiera pudo mirar por la ventana sin visualizar a Catherine justo después de que le dispararan. A veces todavía le preocupa sacar a sus hijos a pasear.

"Esa es la parte que nos debilita", afirmó. "Es simplemente que no podemos disfrutar del tiempo al aire libre, ni siquiera podemos disfrutar yendo al parque. ¿Qué pasa si la gente simplemente decide hacer un alboroto y meterse en líos entre ellos por tonterías y nosotros simplemente estamos ahí y es ¿No hay salida?"

Cuando nació Catherine, Arias dijo que la familia se mudó a la parte este del Bronx porque creían que sería más tranquila y residencial que la parte occidental. El tiroteo ocurrió en su antiguo barrio.

Ahora la familia está considerando abandonar el Bronx por completo y mudarse a los suburbios o incluso fuera del estado por completo.

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